Autor: Roberto Vizcardo Benavides, director del Instituto de Investigación «Gral. Div. José del Carmen Marín Arista» del CAEN.
Los orígenes de la Ruta de la Seda se remontan a la dinastía Han (206 a. C.-220 d. C.) en China. La antigua Ruta de la Seda comprendía una serie de caminos y rutas que unían varias regiones de China con ciudades de Asia y Europa y prosperaron hasta la dinastía Ming (1368-1644).
Durante su visita a Kazajstán e Indonesia en 2013, el presidente chino Xi Jinping presentó la propuesta del Cinturón Económico de la Ruta de la Seda y la Ruta de la Seda Marítima del Siglo XXI, que pasó a conocerse como la Iniciativa del Cinturón y la Ruta.
Los lazos comerciales de América Latina con China tienen siglos de historia. En 1971, Perú, junto con otros 75 países, votó por la República Popular China, lo que ayudó a restaurar su legítimo asiento en las Naciones Unidas. Los dos países establecieron relaciones diplomáticas el 2 de noviembre de 1971 y el 2 de noviembre de 2024 se celebró el 53.º aniversario del establecimiento de las relaciones diplomáticas chino-peruanas.
Es difícil encontrar dos países que compartan tantas similitudes como Perú y China. Ambos son civilizaciones antiguas que han contribuido al desarrollo de la humanidad y destacan en sus respectivos continentes. No en vano, la distancia marítima más corta entre Shanghái y la costa oeste de Sudamérica es Chancay, en Perú.
El espectacular desarrollo económico de China y su apertura al mundo exterior desde finales de la década de 1970 fortalecieron la política exterior del país, impulsándola a hacer un llamado a construir una comunidad con un futuro compartido para la humanidad.
Perú fue uno de los primeros países en beneficiarse de la cooperación china. En 1992, la empresa china Shougang adquirió una mina de hierro en Marcona, Perú (una de las primeras inversiones de China en el exterior). Desde entonces, la colaboración y cooperación entre Perú y China se ha incrementado, con la firma de un tratado de libre comercio en 2009, y elevando la relación bilateral a una asociación estratégica integral en 2013. La primera inversión de China en Perú (en la mina de hierro de Marcona) fue de 120 millones de dólares. Hoy, ha aumentado a 35 mil millones de dólares, repartidos en sectores como minería, infraestructura, energía, comunicaciones y servicios.
Desde la década de 1990, Perú ha desarrollado un formidable entorno macroeconómico caracterizado por la fortaleza de su moneda (el sol), una inflación de un solo dígito durante 27 años consecutivos (el único país de América Latina con un récord de este tipo), un bajo nivel de deuda externa (en relación al PBI) y un alto nivel de reservas en el banco central (uno de los más altos del continente). A pesar de las vicisitudes políticas, los motores de la economía peruana son muy poderosos y resilientes.
Esta semana se realizará la ceremonia de entrada en funcionamiento del Puerto de Chancay, símbolo de la cooperación chino-peruana, que se convertirá en un centro de negocios de las Américas y detonará una verdadera revolución económica en la región, impulsando directamente su desarrollo y reconfigurando el mapa de rutas marítimas de la región Asia-Pacífico.
La alianza chino-peruana se fortalece cada vez más. Empresas chinas de prestigio en consorcio con empresas locales están a cargo de importantes proyectos en distintas regiones del Perú, creando empleo directo e indirecto y contribuyendo al desarrollo del país.
Entre los proyectos emblemáticos está la construcción de la Central Hidroeléctrica San Gabán III, por 500 millones de dólares, en la región selvática de Puno, en el sureste de Perú, que incluye la construcción de un túnel de unos 15 kilómetros de longitud que desviará las aguas del río del mismo nombre para generar 206 MW de electricidad y alimentar el sistema interconectado nacional.
En la vecina región de Cusco, otra importante empresa china está construyendo una carretera, incluyendo un túnel de 2 kilómetros de longitud, desde Santa María a Machu Picchu, Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, para facilitar y mejorar el acceso al santuario inca.
Perú está invirtiendo en proyectos de infraestructura para apoyar el nuevo megapuerto de Chancay, con el objetivo de mejorar el corredor logístico Callao-Chancay y mejorar la conectividad en todo el país. El complejo portuario gemelo está ubicado en la región de Lima y está separado por 80 km. Como nuevo centro comercial en la costa del Pacífico, el complejo portuario Callao-Chancay ofrece a Brasil y otros países sudamericanos una ruta de exportación alternativa a los mercados asiáticos.
El Perú está experimentando por primera vez en su historia un desarrollo económico de tal magnitud gracias a su asociación con China, que se basa en la buena voluntad, la confianza mutua y el respeto mutuo. El desarrollo del Perú es un ejemplo de hermandad y destino común de dos civilizaciones milenarias, que se convertirá en un ejemplo para América Latina.