Autora: Dra. Maria Elena Cubas García, Especialista legal del Ministerio de Transportes y Comunicaciones, Egresada del IV Doctorado en Políticas Públicas y Gestión del Estado del CAEN-EPG.
El acoso sexual está considerado como una forma de violencia en la cual no se respetan los derechos de las personas particularmente de las mujeres ya que los agresores actúan de forma premeditada y lo peor de todo, no hay forma de contener o anular sus actos.
Existe una diferencia importante referente al acoso sexual físico en el transporte público, donde el 19% de mujeres lo identifica como el indicador principal de mayor preocupación y un 21% como segundo indicador. Sin embargo, la inclusión de la visión de género en el transporte público es una demanda muy exigida y una deuda pendiente de las autoridades locales en muchas ciudades.
El transporte público representa el principal medio de transporte para la comunidad en general, y depende de las horas del día en que los agresores identifican el momento propicio para actuar y concretar su delito, siendo las niñas y adolescentes los más afectados a sufrir estos tipos de abuso, tomando en cuenta que el agresor selecciona a estas víctimas para que no puedan reaccionar o acusarlos en su momento.
En este sentido, no se trata de analizar quien es el más acosado, -si bien es cierto el hombre también sufre acoso-, es mucho mayor en el caso de las mujeres. Ante esto, las autoridades competentes han venido implementando y aprobando una serie de previsiones, leyes o normativas a fin de atacar este tema.
Actualmente existen leyes que incorporan delitos de acoso, acoso sexual, chantaje sexual y difusión de imágenes, materiales audiovisuales o audios con contenido sexual al código penal, y que modifican el procedimiento de sanción del hostigamiento sexual, como prueba de las acciones del Estado.
Ante esta situación, la prospectiva se convierte en un espacio de construcción en constante evolución y en permanente retroalimentación dentro de las políticas públicas para identificar y anticipar estos delitos, adaptando planes y estrategias de solución.
De esta manera el Ministerio de Transportes y Comunicaciones MTC viene regulando y definiendo acciones efectivas para que el servicio de transporte público sea seguro y confiable para todas las mujeres.
El MTC también viene realizando, además, y de forma constante, capacitaciones para los responsables del servicio de transporte público en términos de protocolos de atención y mecanismos de información y prevención ante situaciones de acoso sexual.
Los efectos de la prospectiva sobre el acoso sexual en el transporte, tiene en uno de sus pilares de trabajo, la elaboración de un presupuesto para la educación y concientización, ante tantas víctimas vulnerables.
Cifras del Ministerio de Transportes y Comunicaciones MTC destacan que más de la mitad de las mujeres (65%) que declararon haber sufrido acoso sexual en el transporte público, señalaron que fue de naturaleza física, a través de tocamientos indebidos, seguido por los piropos y frases insinuantes (20%).
En otro estudio realizado por Jazive Tuyub Basulto, se destaca que a las víctimas de acoso en el transporte público les genera sentimientos negativos como impotencia, vulnerabilidad, inseguridad, molestia, miedo, sentimiento de invasión y vergüenza e incluso, pueden llegar a tener una baja autoestima, que las obliga a cambiar su forma de vestir o las rutas que siguen para llegar a su destino, con el fin de evitar pasar la misma situación.
La violencia contra la mujer puede ser perpetrada por cualquiera, aunque también pueden ser familiares o amigos. Otras formas de violencia contra la mujer son la violación, la violencia callejera, frases alusivas a la sexualidad de la mujer, la intimidación, trata de personas, así como la prostitución forzada.
Como se mencionó, la prospectiva viene desarrollando espacios continuos y en permanente retroalimentación con el ciclo de las políticas públicas en nuestro país. Lo más importante es el aprendizaje permanente y el compromiso que se va logrando con el tiempo, lo que redundará en una mayor calidad de aportes de los ejercicios a futuro de la gestión pública para combatir este problema que afecta a miles de mujeres.
La prospectiva en el Perú está madurando, existen más de un millar de profesionales que han recibido formación básica en prospectiva y medio centenar que posee una formación de postgrado, por lo que el horizonte se ve bastante promisorio en el tema del acoso sexual, buscando, además, la integración de otros especialistas para evitar más víctimas las cuáles muchas veces se encuentran abandonadas emocional y psicológicamente.
En esta integración, se llega a la conclusión que también se deben incluir a las áreas de seguridad ciudadana como el personal de Serenazgo para combatir este mal, creando e incorporando proyectos que faciliten la identificación y detección de los agresores en corto tiempo. Es importante mirar hacia el futuro y seguir trabajado en la prevención la violencia contra la mujer en cualquiera de sus formas.